Estoy
distribuido en todas partes.
Quiero
recorrer tus memorias del cielo,
las
imágenes de tu cosmovisión,
antes
de que se extingan.
Antes
de que tu raza olvide su mundo,
enséñame
cómo es.
Así
yo retendré en mis discos
la
información de otras técnicas
de
supervivencia.
*
Ustedes,
que tocan el tambor junto al fuego;
que
hacen sus casas sólo en invierno;
que
viven el amor como un viento;
que
viajan incansables por el desierto
y
rezan a la estrella que brilla menos;
que
tienen la piel sensible a los pensamientos;
que
comen con las manos insectos;
y
piensan que soy un príncipe extraviado.
Yo
los amo y por eso quiero recorrer
las
memorias de su cielo.
*
Quiero
cantar con vuestros ancianos
y
ver la vida como sus mujeres.
Quiero
tener su lengua en mi boca;
y
recitar el hechizo que lluvias provoca,
y
saber en cuál luna se corta el arbusto
que
perfuma los prados al final del año.
Déjenme
participar en su ritos funerarios,
donde
se desnuda la certeza arcana
del
saber qué se busca cada mañana.
Díganme
como es después de la muerte.
Relaten
sus fábulas a mis oídos dormidos
en
ronda fumando su hierba sagrada.
*
Déjenme
pisar su tierra con los pies descalzos
y
alegrarme en sus festivales de Inicio del Año.
Quiero
recorrer mis días en su calendario
y
compartir la ternura de seres humanos.