Golgonás es un humano tomando el té,
a las seis de la tarde con la luz anaranjada del crepúsculo hiriendo la mesa en
la que tiene apoyado su taza de té, y su brazo que dibuja con un bolígrafo en
un papel un dibujo que revela que su inconsciente le dicta que siga a su
irracionalidad. Se duerme tras haber estado despierto, y sueña que está
despierto en otra vida en la que Golgonás no existe y sólo percibe las propias
proyecciones inconscientes de la mente universal donde todos son felices para
siempre porque están en la eternidad temporal-espacial, por lo que no hay un
instante separado de otro instante ni ser separado de otro ser, y no hay
intensidad conocida en vigilia que se compare con la intensidad de experimentar
ser Todo.
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