viernes, 15 de junio de 2012

Humor lógico

Una persona está acostada. Otra se le acerca y le pregunta:
—0=?¡?=(%$#"!°!2345690'¿Por qué estas acostada?

 Una persona que está acostada le contesta: 
—No lo sé. Tal vez porque mientras estuve parada, la gravedad de la Tierra fue cansando insistentemente cada uno de los músculos que trabajan para que yo me mantenga erguido, por lo tanto la gravedad misma me condujo a posicionarme de ésta manera, de modo que puedan descansar los músculos que trabajan para que me mantenga erguido, de manera que pueda volver a usarlos sin sensación de cansancio. Luego, la posición misma retribuye mi decisión de hacerlos descansar ya que me genera una sensación de placer y capacidad de meditación al hacerlo. Por lo que creo que estoy haciendo lo correcto.

Otra persona le vuelve a preguntar
—¿Crees que es lo correcto tirarse así sin más, en cualquier sitio?
Una persona le contesta:
—Estaría tirada en cualquier sitio, si estuviese tirada. Estaría en cualquier sitio tirada, si estuviese en cualquier sitio tirada. Estar 'así sin más' o 'así con más', no cambia mucho las cosas. ¿De dónde ha sacado que estoy tirada 'así sin más'? ¡Si estoy con el suelo, con el cielo y con usted!

—Me refería al motivo por el cual usted se encuentra tirada en un sitio que no es para hacerlo.

—Éste lugar es neutro para mí, yo hago lo que quiero con él. Podría hacer flexiones de brazo, o pasear el perro, pero se me antojó estar tirada y lo hice, porque mis músculos necesitaban un descanso; ahora bien —continuó una persona—, si un día careciera de músculos, también carecería de la necesidad de trabajarlos o hacerlos descansar. Sin embargo, me parece que es a otra persona a quien le parece que éste lugar no es el indicado para hacer lo que estoy haciendo y por eso le incomoda que una persona lo haga, y por éso la interrumpe mientras lo hace. Pero sepa que para mí no es una interrupción, sino que creo que ésto tenía que suceder. Después de todo, el instante presente es lo único que realmente existe, y ahora puedo decir que, claramente, me tiré aquí para que usted viniera y me preguntara qué es lo que hago aquí tirada ¡Ésa es la respuesta a su pregunta inicial!

Otra persona afirmó:
—De ninguna manera, ya que al momento de efectuar la acción usted no era consciente de que ésto sucedería.

Una persona le contestó:
—Ahora sí, y es éso lo que cuenta. Antes le respondía que me acosté debido al cansancio de los músculos responsables de que yo tenga la gracia de elegir estar erguido o no. O pensaba que lo hice solamente por el hecho de que poseo tal gracia, y elegí, fortuitamente, acostarme en un lugar, en lugar de estar en las demás posiciones en las que podría estar en éste momento —una persona se sienta, y continúa—. Pero ahora que sucedió que usted vino a preguntarme por qué lo hice, hizo que me diera cuenta de que lo hice exactamente para que suceda lo que está sucediendo. ¿Por qué vino usted a preguntarme por qué estaba acostada?
Otra persona contestó:
—Para saber por qué motivo no se comporta como todas las demás personas.
Una persona sentada agregó:
—¿Por qué habría de hacerlo?¿Las demás personas se comportan todas igual?
—Sí, porque responden a un patrón de conducta normal.
—¿Y son felices?
—No lo sé. Algunas sí y otras no, supongo. No lo sé.
Una persona sentada alegó:
—Si algunas son felices y otras no, es porque no se comportan todas igual, por lo tanto, no existe tal patrón de normalidad. En todo caso, usted también es un caso extraño ya que ninguna otra persona se acercó a preguntarme por qué estaba tirada. Usted es la única, y debe verse ridículo frente a todas aquellas quienes van caminando. En cambio, si usted se me une, seremos dos personas sentadas, y haremos de esa realidad, una normalidad.
Otra persona venció su orgullo diciendo:
—Tienes razón, me has convencido y me has satisfecho con todas tus respuestas, pero sobre todo me vendría bien sentarme porque me cansé de estar parado.
Dos personas sentadas dijeron:
—Ahora somos dos personas sentadas. Somos más que eso, somos dos personas que nos dimos cuenta que la lógica es un juego de palabras sin sentido. Que no se debe atar la felicidad a un resultado matemático, porque la vida es improbable, el futuro es improbable. Nos dimos cuenta que el camino hacia la Verdad es el camino hacia la comprensión del Absurdo. Cualquiera sabe que el rol del Absurdo es 'ser lo incomprensible'. Saber la verdad es comprender la incomprehensibilidad misma con el silencio y la risa. —dos personas hacen una pausa, y sonríen.
—Ya no me río del humor absurdo, porque me parece que tiene razón; me río del sistema lógico porque es arbitrario y absurdo. Pero gracias a la bendita pluralidad del universo, de nada vale que digamos ésto, si ni quien lo oye ni quien lo dice lleva a cabo el resultado de su entendimiento con el ejemplo: experimentalmente. Hay otras conciencias proyectando nuestra realidad esférica, y éstas creen que la Felicidad está depositada en un tesoro, haciendo de ésto un caos donde todos nos arrancamos los ojos por llegar; la única manera de demostrarles lo contrario no es escribiendo un gran libro o militar una ideología, sino demostrarles lo contrario: con el sincero ejemplo. El tesoro está escondido detrás del arcoíris, el verdadero tesoro es darse cuenta que el verdadero tesoro es disfrutar de ver el arcoíris mientras se camina, no maldecir que siempre está más lejos. Maldecir que siempre está más lejos es intentar racionalizar la situación. Lo que está sucediendo, es lo único que existe y es la única oportunidad para sonreír caminando en la Vida. Pero estamos sentados, y ya me aburrí de estar sentado, me duelen los glúteos, ya es hora de seguir caminando.
Una persona se para, la otra permanece sentada y exclama:
—¡Espera! ¿Por qué te levantas justo ahora que comencé a disfrutar de tu presencia?
Una persona contesta:
—Supongo que será para que aprendas a disfrutar también de mi ausencia y entonces puedas estar bien, sin importar si estoy o no. Recuerda ser sincero siempre.

En ése momento, otra persona iba a hablar pero se dio cuenta que sinceramente, no tenía nada que decir. 


domingo, 10 de junio de 2012

La historia de Golgonás.


            Golgonás es un humano tomando el té, a las seis de la tarde con la luz anaranjada del crepúsculo hiriendo la mesa en la que tiene apoyado su taza de té, y su brazo que dibuja con un bolígrafo en un papel un dibujo que revela que su inconsciente le dicta que siga a su irracionalidad. Se duerme tras haber estado despierto, y sueña que está despierto en otra vida en la que Golgonás no existe y sólo percibe las propias proyecciones inconscientes de la mente universal donde todos son felices para siempre porque están en la eternidad temporal-espacial, por lo que no hay un instante separado de otro instante ni ser separado de otro ser, y no hay intensidad conocida en vigilia que se compare con la intensidad de experimentar ser Todo.