- En una pequeña casa de barrio,
- amarillo claro y verde manzana,
- a través de la ventana mira ella.
- Reflexiones que sus ojos destellan
- me conmueven sus dones y dolores
- tanto que la visité en sueños.
- En su noche me presenté
- con forma humana. Ella me vio
- y en el reino de Morfeo jugamos,
- tomamos el té y me prometió
- que me buscaría en la vigilia
- Llegada la mañana,
- ella olvidó su sueño
- e hizo su rutina cotidiana.
- En la noche siguiente
- la busqué para jugar
- pero lamentablemente
- nos comenzamos a amar
- nuestra distancia cada vez menor
- hizo que cayéramos en Amor
- y yo, no encontraba palabras
- para confesar mi condición.
- Cuando endurecer mi corazón pude
- le dije que esto no podía ser.
- Me preguntó: —“¿Tu afirmación a qué alude?”
- —“Mujer, no soy humano”, siendo franco
- “¿amarías a una sombra o a un higo?
- Pues éso soy, solo una sombra.”
- Mientras me estancaba en mi tristeza
- propuse que seamos amigos.
- Pero cuando vino la mañana,
- ella olvidó su sueño
- e hizo su rutina cotidiana.
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Escrito como nota en Facebook el 23 de Enero de 2012