Anoche me acosté tarde,
pero desperté temprano
ya que había soñado
que un ser querido fallecía.
Quise escribir poesía
mientras mis oídos duelan,
porque el silencio nunca hiere
y los sonidos rechinan
No quiero oírte, radio.
No quiero oírte, ruido.
Soñé que un amado corazón
dejaba de latir;
ahora pienso que a ese sonido
siempre quisiera oír.
Por más dolor en el oído,
por más tamaña desazón.
Quisiera oír siempre el latido
de tu amado corazón
No hay comentarios:
Publicar un comentario