Año radiofónico del cuarenta y cuatro,
Arsenal hipnótico en el éter, nuevo campo de batalla.
Año telefónico se desfondó y como una cascada
salen naves espaciales de las fronteras del universo
a castigarnos por haber inventado el chicle tutti-frutti,
para que engomase al masa que ya no es humano.
He recorrido los recodos
con los codos recogidos.
He asistido a ceremonias
cuyo fin era su principal motivo
de asistencia y regocijo.
He escuchado historias muy buenas
acerca de ilegales escuchas
acerca de las historias de las buenas cercas
que no dejan pasar al perro
más allá de su cucha.
Arsenal hipnótico en el éter, nuevo campo de batalla.
Año telefónico se desfondó y como una cascada
salen naves espaciales de las fronteras del universo
a castigarnos por haber inventado el chicle tutti-frutti,
para que engomase al masa que ya no es humano.
He recorrido los recodos
con los codos recogidos.
He asistido a ceremonias
cuyo fin era su principal motivo
de asistencia y regocijo.
He escuchado historias muy buenas
acerca de ilegales escuchas
acerca de las historias de las buenas cercas
que no dejan pasar al perro
más allá de su cucha.
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